miércoles, 20 de febrero de 2013


¡¡¡Marditoh monoh robadoreh!!!

En África podrán ser todo lo pobres y rústicos que tú quieras, ahora sí, detallistas son. El otro día aluciné (de gusto) al ver que las torres de electricidad y antenas repetidoras de la zona no son las típicas que tenemos en la cabeza nuestras, no… aquí ni te das cuenta de que son lo que son, ya que con mucho gusto, y detalle, ellos las hacen con forma de palmera o baobab. Las ves a lo lejos y no rompen la estética de lo que les rodea, vamos, es que ni te das cuenta de que son otra cosa hasta que no ves una lucecita roja en lo alto de la susodicha, que es cuando caes en que “de este mundo” no son… pena no tener fotos de todo lo que os cuento, porque hay veces que no me da tiempo a poner en ristre el aparato fotografiador,… todo se andará.

Hace un par de días salí de caza con Lucy, una de las chicas que limpian aquí en la guesthouse, y no, nada de rifles ni de todo terrenos, me refiero a la caza de un felino mucho más pequeño, tan pequeño como un gato de pacotilla de mes y medio (a ojo de buen cubero). Henos allí, siguiendo el rastro maullador del minino… tratando de encontrar su escondite… y allí estaba, se había caído del techo donde habitan los demás de su familia, una cosa peluda de 25 centímetros máximo, pelaje a lo dálmata y con más mala uva que una manada de hienas. Madre mía, cómo rugía la miniatura. Toalla en mano, descalza para variar y Lucy, que como buena negra, los animales “domésticos” como que no los practica, así que le tenía más miedo a la garrapata esa que si se cruza con una estampida de ñús. Cada vez que alcanzaba a atrapar al bicho, me gritaba histérica “come here!!! Come hereeeee!!!” y sin darme tiempo a reaccionar lo soltaba del pánico. Jajaja así no hay quien cace, Lucy querida. Total, que después de mucho correr y abalanzarse, atrapamos al pequeño diablo. Me pregunto cómo un cuerpecito tan pequeño puede producir esos ruidos de defensa personal, animal que diga. Me pasé dos días amamantando a la criatura, bueno, a golpe de jeringuilla y leche en polvo aguada. Y al final mi instinto de supervivencia pudo más que mis ganas de greenpeacear, así que tras una noche toledana de crianza de felino, que a cada tres horas pedía “teta”, al día siguiente trinqué por banda a “Illinois” (lo llamo así pero se llama Elois), y le dije, mira rico, semesubeuhté a ese árbol, metrepauhté por el tejado y medejauhté a la fiera esta con su puñetera madre. El muy listillo quería que me subiese yo con el vestidito corto… sí, claro… total, que al final después de mucho renegociar, lo convencí para que fuese él, cosa que no le hace mucha gracia a esta gente porque ya os digo que lo de los animales de compañía no lo practican, y allá que se fue el minino encantado de la vida de librarse de mí y toas mis castas, y brincando se metió en su guarida gatuna con los demás de su estirpe.

Y no acaba ahí la aventura animal, ya que como muchos sabréis, hemos tenido dos visitas simias en casa. Una tarde, después del paseo de rigor, entramos en la cocina y bueno, la que había montada… leche por el suelo, huevos rotos, la nevera abierta, las hojas de una piña devorada, una patata mordida, … en fin, lo que os digo, visita de uno o dos babuinos, no sabemos, que se habían puesto púos. Menudo festín. Y la ultima fue hace nada, peor aún, con nosotros en casa. Cocinando…y como quien entra por su casa… un babuino con más morro que pulgas, a carrera limpia, se mete en la cocina, pega un bote y zaca! Se lleva nuestro pan. Me he estado acordando de él el resto de la tarde,… y no se fue sin antes pasar por mi “taller” y jugar a las casitas con todos mis cachivaches de los abanicos, así que total, todos los tintes desparramados por el suelo, el bote de apresto por allá… un sindiós. Lo del pan pasó a segundo plano, lo llego a trincar en esto y tenemos más que palabras.

He de decir que el clima ha mejorado, ya ha dejado de llover tanto. Pero ha mejorado tanto tanto de un día para otro, que hoy ha hecho UN CALORACO de aúpa. Y los meses calurosos son octubre y noviembre. Ay mamita, que Dios nos coja confesaos.

Y gracias a ese despeje de cielos, tuve la suertaza la otra noche de dar un paseo postjuerga hasta las tres de la mañana (que es lo máximo que se maneja aquí), con Chenai (la morenita vecina de VillaVictoria) y con Marcel, por la rivera del río, en el coche de Chenai que es como un minitodoterrenodescapotable, bueno, descapotado siempre, vamos que no tiene techo. Y bueno, os podéis imaginar el momento mágico. Cielaco de impresión, todas las estrellas como si las tuvieses al alcance de tu mano, una especie de chirimiri cayéndonos directamente del agüilla que levantan las cataratas y la brisa que también levantan éstas. Impresionante. (ah! Y el ruido! Ése que no falte!). Después de eso, terminamos arreglando el mundo en el salón de la casa, los tres mano a mano, escuchando musiquita y poniéndonos finos de todas las sobras que encontramos en nuestra nevera. Vivimos estresadísimos, oyesss….

Y nada, por lo demás, ya se me ha acabado el cuento de “recién llegada” y por fin me he puesto manos a la obra con los abanicoides. Ya he hecho unos cuantos y mañana mismo he quedado con el guiri, Robuerto, el de la coleta y las pintas de aventurero, que me lo he encontrado hoy en el Lola’s, que me va a presentar a una chica que podría trabajar conmigo en la fabricación de los ventiladores manuales africanos… ya os contaré qué tal.

Voy a ver una peli en el ordenador, que me tenéis frita. ;P

Pd: Una mención especial por mi muy querido Antonio Ignacio Vargas. Me ha estropeado el día saber que nos ha dejado y que sólo lo tendré ya en mis recuerdos, todos ellos bonitos.

Todas las demás fotos y vídeos: https://picasaweb.google.com/117594151044906319149

FOTOS DEL DÍA: 

Ya la estoy liando con las anilinas...
Solano de la marisma,...tú que alisas las arenas...

Puestaca de sol


Tamañana, Lorenzo

El pasillo de la ofi de inmigración parece una cárcel, ¿que no?

Colegiala

Quillooo llévame a mí también, que me estoy cociendo!!!!!!